En América Latina y el Caribe, el ejército, la DEA, la CIA, y otras agencias de Estados Unidos, tienen innumerables bases de operaciones, instalaciones, oficinas, como acuerdos militares que les permiten operar en cualquier momento en nuestros territorios.
Si antes decían que su objetivo era combatir el comunismo, la subversión, la revolución, que desafiaba el modelo capitalista, hoy, “las nuevas amenazas” son el terrorismo, el narcotráfico, la ciber seguridad, los desastres naturales, las organizaciones criminales, y, últimamente, están preocupados hasta de la “pesca ilegal”. Bajo estas nuevas amenazas o pretextos, siguen militarizando, controlando y vigilando nuestro continente.
Chile: ¿Operaciones de paz?
En Chile, el Comando Sur del Ejército de EEUU financió la construcción, el 2012, en el Fuerte Aguayo, Concón, de un “Centro de Entrenamiento para Operaciones de Paz”, que muy bien calificó Alicia Lira como un centro para entrenamiento en “contrainsurgencia”. No olvidemos el papel que desempeñaron los “cascos azules”, la MINUSTAH, en Haití, donde hay acusaciones de represión, asesinatos y abusos sexuales contra la población.
A pesar que el Ministro de Defensa, José Antonio Gómez, señalará a SOA Watch, el 2015, que este “Centro de Entrenamiento para Operaciones de Paz” se había cerrado lo cierto es que se han seguido usando sus instalaciones, que simulan una ciudad, para entrenamiento militar y que hubo y posiblemente siga existiendo presencia de marines de los EEUU en Chile.
A todo lo anterior, en abril del 2018 se realizaron “ejercicios”, en el Fuerte Aguayo, de tropas de EEUU y Chile. Se conoce también que los militares de EEUU compran gasolina en territorio chileno lo cual hace suponer, lógicamente, que Chile es una base militar de tránsito para el ejército de EEUU.
Perú: El peligro de Namru-6
En Perú hay diversas bases militares de los Estados Unidos y una muy particular que es NAMRU-6, que tiene nada menos que tres instalaciones, en Lima, Iquitos y Puerto Mandonado. La “US Naval Medical Research Unit”, la Unidad de Investigación Médica Naval o NAMRU-6, tiene como objetivo investigar enfermedades infecciosas aunque sus instalaciones también podrían usarse para una eventual “guerra biológica”.
La investigadora Olga Pinheiro escribió, para la Revista El Derecho a Vivir en Paz, un artículo titulado “ABC de la Geopolítica: La Guerra Biológica” que señala que “Una de sus instalaciones – de NAMRU-6 – está ubicada, nada menos que en la Amazonía Peruana, en las cercanías del Río Amazonas, en la ciudad de Iquitos, lo que debiera ponernos en alerta delante del grave riesgo de contaminación, difusión y proliferación de agentes infecciosos”, agregando que “queda la preocupación ante la manipulación de patógenos por instituciones militares foráneas que estuvieron involucradas directamente en la elaboración de armas biológicas en diferentes períodos de la historia”.
No podemos olvidar que Cuba ha sufrido varios ataques con Armas Biológicas; entre ellos, la introducción, intencionalmente, del virus de la fiebre porcina (1971) y del dengue hemorrágico (1981). Este último ataque, ocasionó miles y miles de enfermos; 158 personas murieron, entre ellos 101 niños.
Honduras: La Base Soto Cano
Se conoce también que NAMRU-6 abrió en los años recientes una sucursal dentro de la Base Aérea Soto Cano, en Honduras, donde opera la Fuerza de Tarea Conjunta-Bravo (FTC-Bravo) del Ejército de EEUU. Esta es, junto a la base militar de EEUU en Guantánamo, una de las bases militares “clásicas” donde hay tropas estadounidenses, equipamiento, radares, pistas de aterrizaje, y, obviamente, armamento.
“La FTC-Bravo lleva a cabo una variedad de misiones en Centro y Suramérica que van desde apoyar las operaciones del Gobierno de los Estados Unidos para contrarrestar el crimen organizado transnacional, a la asistencia humanitaria, apoyo en desastres naturales y el desarrollo de las capacidades de apoyo”, señala el Comando Sur.