FUENTE: HISPANTV
El presidente chino, Xi Jinping, celebra el avance “irreversible” de su país y avisa que no permitirán la “intimidación o la subyugación extranjera”.
Este jueves, 1 de julio de 2021, el Partido Comunista de China (PCCh, por sus siglas en chino) ha festejado su centenario en una ceremonia con la participación de 70 000 personas.
“El tiempo en el que China podía ser humillada se ha terminado para siempre”, ha afirmado esta misma jornada el jefe de Estado chino en un discurso en la Plaza de Tiananmen, en Pekín (capital china), desde donde su lejano predecesor Mao Zedong proclamó la República Popular en 1949.
Dirigiéndose a la Administración de EE.UU., Xi ha dejado claro que el pueblo chino no aceptará “la predicación santurrona de aquellos que sienten que tienen derecho a sermonearnos”.
Además, ha insistido en que el pueblo chino “nunca permitiría que ninguna fuerza extranjera lo intimiden, oprimiera o subyugara” y, en caso de que alguien se atreva a intentar hacer eso, ha continuado, se encontrará con una “gran muralla de acero” forjada por más de 1400 millones de chinos.
Ante esta tesitura, ha elogiado al Partido Comunista de China por mejorar el nivel de vida de la nación y restablecer el orgullo patrio desde 1921, afirmando que China ha logrado su objetivo centenario de construir “una sociedad moderadamente próspera” en todos los aspectos.
Xi vitorea el avance “irreversible” de China
Tras resaltar que el gran renacimiento de la nación china ha entrado en un proceso histórico “irreversible”, Xi ha destacado que solo el socialismo podrá salvar a China.
Asimismo, se ha comprometido a completar la “reunificación” con Taiwán, región que Pekín considera parte inseparable de su territorio, y ha prometido “derrotar por completo” cualquier intento de independencia formal de esa isla.
En esta misma línea, ha avisado que nadie debería subestimar la fuerte determinación, la firme voluntad y la extraordinaria capacidad del pueblo chino para defender la soberanía nacional y la integridad territorial.
Las declaraciones del presidente chino se producen en un momento de suma tensión con Estados Unidos. Mientras que China y Taiwán viven una escalada de tensiones por distintos asuntos, entre ellos los esfuerzos separatistas de las autoridades taiwanesas que se oponen al principio de una sola China, el país norteamericano echa más leña al fuego a la de por sí tirante situación, vendiendo armas a Taipéi y realizando diferentes ejercicios militares en la zona.
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