FUENTE: SPUTNIK NEWS
Unos periodistas franceses han llegado a Ucrania para preparar un montaje con el fin de acusar a Rusia de ataques contra infraestructuras civiles, informó el Ministerio de Defensa de Rusia.
“De acuerdo con la información obtenida por reconocimiento radioeléctrico, un grupo de periodistas franceses llegó a la zona de Guliaipole con una muy alta probabilidad de que su intención sea preparar un montaje sobre los ataques del grupo Vostok (militares rusos) contra infraestructuras y zonas residenciales”, declaró el portavoz de esa agrupación de tropas, Alexandr Gorgéev.
La agrupación Vostok realiza tareas en los frentes al sur de Donetsk y Zaporozhie. En particular, este 16 de abril, los militares de estas unidades derrotaron a soldados ucranianos cerca de las ciudades de Ugledar y Novoselka en la región de Donetsk. También se detuvo a un grupo de saboteadores ucranianos cerca de Novodonetsk.
Esta no sería la primera operación de falsa bandera ejecutada por el régimen de Kiev. Uno de estos montajes fue la matanza de Bucha.
A principios de abril de 2022, las autoridades ucranianas y varios medios de comunicación internacionales difundieron numerosas imágenes de cámara y satélite en las que aparecen cadáveres de civiles, algunos maniatados, en las calles de la ciudad ucraniana de Bucha, que estuvo bajo el control de las tropas rusas, las cuales la abandonaron el 30 de marzo.
El Kremlin rechazó en términos categóricos la implicación de militares rusos en asesinatos de civiles en Bucha e insistió en que se organizara un debate internacional al respecto, pero a la vez se mostró escéptico ante la posibilidad de que se llevara a cabo “una investigación verdaderamente imparcial”.
Múltiples investigaciones periodísticas demostraron las inconsistencias de las acusaciones contra Rusia y se demostró que la vasta mayoría de las víctimas murieron a causa de los ataques de artillería ucraniana.
Rusia lanzó la operación militar especial en Ucrania en respuesta a la solicitud de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, para que se les preste ayuda frente al genocidio por parte de Kiev. Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.