Corte Penal Internacional: La inconsistente forma de administrar justicia.

Corte Penal Internacional:  La inconsistente forma de administrar justicia.

 Por Félix Madariaga L.

El rol de la Corte Penal Internacional (CPI), también conocida como Tribunal Penal Internacional (TPI), es ser un tribunal internacional permanente, cuya misión es el enjuiciamiento de crímenes graves internacionales, como el genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad. La CPI tiene personalidad jurídica internacional, y no forma parte de las Naciones Unidas, aunque se relaciona con ella en los términos que señala el Estatuto de Roma, su norma fundacional.

El Estatuto de Roma fue adoptado por la comunidad internacional el 17 de julio de 1998 en una conferencia diplomática celebrada en dicha ciudad, y se inspira en los millones de niños, niñas, mujeres y hombres que, durante el siglo XX, fueron víctimas de atrocidades que desafían la imaginación y conmueven profundamente la conciencia de la humanidad.

Para muestra un botón

Durante el mes de marzo de este año, la Corte Penal Internacional emitió órdenes de detención contra el Presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin y su Comisionada Presidencial para los Derechos de los Niños, María Lvova-Belova, acusados por el presunto crimen de guerra de traslado forzoso de niños desde los territorios ucranianos, así lo anunciaba Piotr Hofmański, presidente de la Corte Penal Internacional.

Señalar, para ser extremadamente claros, que la Corte sólo tiene jurisdicción en los países firmantes del Estatuto de Roma. No reconocen esta institución Estados Unidos, China, India, Pakistán, Israel y Rusia, entre otros. Y entonces, ¿por qué emiten una orden de detención para el Presidente de un País no firmante del Estatuto de Roma?

¿De qué están acusando a Rusia? Según cifras entregadas por Kiev, más de 16.000 niños y niñas fueron deportados desde zonas ocupadas por las tropas rusas desde el inicio del conflicto en febrero de 2022, afirmando que fueron entregados a familias e instituciones rusas. La respuesta de la Comisionada Presidencial, Lvova-Belova, en una reunión informal del Consejo de Seguridad de la ONU, ha sido tajante y ha desmentido las acusaciones, asegurando que éstas se basan en rumores, acusaciones infundadas y no en hechos reales.

La comisionada ha señalado que, desde febrero de 2022, Rusia ha acogido a más de 5 millones de ucranianos, de los cuales 700.000 son niños y niñas. Ni deportación forzada, ni crimen de guerra, Sí solidaridad y respeto hacia la niñez “entre esos niños había 2.000 que venían de orfanatos o casas de acogida de menores”, y aclara que “hasta la fecha, alrededor de 1.300 niños y niñas fueron devueltos a sus orfanatos de origen, 400 – debido al hecho que estas instituciones son constantemente bombardeadas por Ucrania – fueron enviados a orfanatos rusos en diferentes regiones y están siendo atendidos y 358 niños fueron asignados a hogares con guardianes que tiene custodia tutelada¨.

¿Y dónde quedó la justicia?

 6.150 niños y niñas Palestinos muertos (cifra actualizada al 24-11-2023)

En demasiadas ocasiones hemos escuchado en los des-informativos decir que los Palestinos usan a sus hijos como escudos humanos frente a las fuerzas armadas israelíes, afirmación despreciable y cruel. Todas las naciones sin ambiguedades – excepto Israel – admiten que matar niños es el crimen más atroz. Sin embargo, para los soldados israelíes disparar contra niños palestinos pareciera ser parte de su rutina diaria, incluso hemos visto a través de redes como X, como un soldado israelí le dedica la destrucción completa de un edificio al cumpleaños número dos de su hija.

Israel ha emprendido una campaña del terror dirigida contra las niñas y niños palestinos pensando que las familias palestinas abandonarían el país por seguridad. Según la Red Árabe de Solidaridad con Prisioneros Palestinos “Samidoun”, el ejército israelí normalmente arresta y procesa entre 500 y 700 niños palestinos de entre 12 y 17 años cada año. Estos niños son sometidos a interrogatorios coercitivos, violencia física, tortura, abuso, amenazas e intimidación, y obligados a firmar confesiones escritas en hebreo, que no pueden leer ni comprender, antes de enviarlos a juicios en tribunales militares que carecen de garantías básicas para un debido proceso.

En las últimas horas el número de palestinos muertos por los ataques de Israel contra la Franja de Gaza aumentó a 14.854, indicó el 23 de noviembre la Oficina de Medios del enclave asediado. “Las víctimas incluyen 6.150 niños y más de 4.000 mujeres, mientras que más de 36.000 personas han resultado heridas“.
Alrededor de 7.000 personas siguen desaparecidas, incluidos más de 4.700 niños, indicó la Oficina (fuente: https://www.aa.com.tr/es).

El doble estándar de la Corte Penal Internacional para administrar justicia

Durante este año hemos sido testigos de al menos dos casos en que niños y niñas han sido víctimas de las guerras más horrendas que hemos tenido en el siglo XXI, y no hemos escuchado las voces de los organismos encargados de velar por la justicia internacionalmente.

En el primer caso, de los niños ucranianos protegidos por la Federación Rusa, vemos que las acusaciones llegan hasta el secuestro. Las cifras de los niños muertos en Ucrania – lo que es de por sí una tragedia – no llegan a ser tan abultadas como las cifras que día a día aumentan en Palestina, con más de 6000 niños y niñas víctimas de Israel. Pero la pregunta bien vale la pena hacerla, por qué la CPI tiene un doble estándar para calificar a los países y sus autoridades en conflicto.

Mientras por un lado emite órdenes de detención contra el Presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin y su Comisionada Presidencial para los Derechos de los Niños, María Lvova-Belova, por el presunto crimen de guerra de traslado forzoso de niños, por el otro, guarda un absoluto silencio frente a Israel y sus aliados, lo que es aún más grave si consideramos que, como señala el investigador jurídico y abogado internacional Ahmed Abofoul “la CPI tiene el mandato no sólo de investigar crímenes, sino también de emitir declaraciones preventivas”.

Abofoul enfatizó que las acciones de Israel en Gaza son “un crimen de guerra“, mientras que atacar la infraestructura y la población civil también podría equivaler a “un crimen de lesa humanidad” y añade que ha habido “declaraciones genocidas muy inquietantes” por parte de políticos israelíes, como las del primer ministro Benjamín Netanyahu, que dijo que “convertirán Gaza en escombros“.

Ya sus palabras son un crimen y no hemos hablado del uso del fósforo blanco, prohibido internacionalmente y que su uso fue demostrado por grupos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, cuya investigación incluyó fotografías capturadas por la Agencia Anadolu.

Entonces, cómo es posible que la vida de una persona, de un niño, una niña, una mujer, o un anciano de Palestina valga menos porque su enemigo es gigante, cómo nos explicamos que el desprecio por un pueblo completo sea expuesto en directa TV.

Por qué no se ha emitido con rapidez un mandato de captura para el presidente de Israel, como se hizo con Putin?, la respuesta parece demasiado simple. Los intereses de occidente no han cambiado y no cambiarán, los amigos de mis amigos son mis amigos y sus enemigos, los mío. Debemos levantar las voces desde la sociedad civil y exigir una respuesta frente al genocidio que se está perpetrando en Palestina. No podemos confiar en instituciones desgastadas e ineficientes, incapaces de respetar el papel para el que fueron creadas: la justicia.