FUENTE: TELESUR.
El mexicano Cuoto le dijo a Trist: “Este debe ser un momento de orgullo para usted, pero para nosotros es humillante”.
El 2 de febrero de 1848, México cedió a Estados Unidos (EE.UU.) más de la mitad de su territorio mediante la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo, con lo que terminó la guerra iniciada desde 1846 por el presidente estadounidense James Knox Polk.
Mediante ese documento, México perdió el territorio que en la actualidad comprende los actuales California, Nevada, Utah, Nuevo México, Texas, Colorado y partes de Arizona, Wyoming, Kansas y Oklahoma.
El texto, formalmente llamado Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América, fue firmado en la Villa de Guadalupe Hidalgo, al norte de la Ciudad de México.
Inicio del imperialismo norteamericano
Para el usuario de Twitter identificado como Patria Libre (@Tano2412), el imperialismo norteamericano nace en 1846 a través de una guerra contra México, la cual fue “absolutamente desigual respecto a equipamiento”.
EE.UU. ya era una potencia industrial con 20 millones de habitantes con un alto desarrollo tecnológico, por lo que dotó a sus tropas de gran cantidad de armamento moderno, mientras que México era un país débilmente desarrollado con un inmenso territorio y con solo siete millones de habitantes.
Guerra de Intervención norteamericana
Fue así que, en enero de 1846, el presidente Polk autorizó al general Zacarias Taylor avanzar con sus tropas hacia el río Bravo, territorio mexicano. Luego de varios enfrentamientos con soldados del ejército mexicano, EE.UU. les declaró la guerra en marzo de 1846.
En una lucha desigual, los soldados estadounidenses tomaron el puerto de Veracruz, en abril de 1847, confiscaron las aduanas y, finalmente, en septiembre de ese año se apoderaron de la capital mexicana.
En enero de 1848 iniciaron negociaciones para acordar la paz, las cuales culminaron con la redacción del llamado Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América.
El tratado fue firmado en la sacristía de la Basílica de Guadalupe, “La Villa”, y fue suscrito por los políticos conservadores Bernardo Couto, Miguel Atristán y Luis G. Cuevas, representantes de México, y por Nicholas P. Trist, negociador estadounidense.
De esta manera, México perdió más de dos millones y medio de kilómetros cuadrados.
El Tratado de Guadalupe Hidalgo estableció la línea fronteriza entre ambos países, a partir del río Grande o río Bravo y con ello la pérdida de los territorios comprendidos en los nuevos límites, que serían pagados a la República mexicana por una suma de 15 millones de pesos.
Luego de la firma del tratado, el mexicano Cuoto le dijo a Trist: “Este debe ser un momento de orgullo para usted, pero para nosotros es humillante”. Trist respondió: “Estamos haciendo la paz; que sea ese nuestro único pensamiento”.
El varias veces presidente de México, Valentín Gómez Farías, en un mensaje escrito a sus hijos, sentenció: “La venta infame de nuestros hermanos está ya consumada, Nuestro Gobierno, nuestros representantes, nos han cubierto de oprobio y de ignominia”.