FUENTE: HISPANTV
El oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua (FSLN) se perfila como favorito en sondeos de intención de voto de cara a los comicios generales.
Los resultados de la última encuesta de M&R Consultores, publicados este martes, indican que el 61,4 por ciento de los habitantes de los departamentos norteños de Matagalpa y Jinotega votaría por el partido FSLN en las venideras elecciones generales de Nicaragua.
Según el estudio, realizado en julio a nicaragüenses mayores de 16 años, el 59,6 por ciento tiene simpatía política por el partido oficialista y el 65,1 por ciento cree que le iría mejor si sigue el FSLN en el poder.
“En cuanto a la predisposición política, preguntamos sobre la confianza para que el FSLN continúe en el Gobierno. El 71,1 por ciento está a favor del FSLN”, ha informado Raúl Obregón, gerente general de M&R Consultores.
Los departamentos Matagalpa y Jinotega representan el 16 por ciento del padrón electoral del país centroamericano que se prepara para celebrar el 7 de noviembre los comicios generales, a los que están convocados unos 4,7 millones de ciudadanos para elegir el presidente y vicepresidente del país, así como a los 92 diputados de la Asamblea Nacional (Parlamento) y los 20 del Parlamento Centroamericano (Parlacen).
El FSLN aprobó el lunes la candidatura a la reelección presidencial de Daniel Ortega y su vicepresidenta y primera dama del país, Rosario Murillo, para un cuarto mandato sucesivo en dichos comicios.
En este sentido, los resultados de M&R Consultores señalan que el 84,1 por ciento de los encuestados dice que, si el pueblo así lo decide, quien ejerce el Gobierno puede ser reelecto a un nuevo período.
Ortega y Murillo se enfrentarán en las elecciones a un exjefe de la desaparecida contrarrevolución, Oscar Sobalvarro, y a una ex reina de belleza, Berenice Quezada, quienes fueron inscritos como la fórmula presidencial del principal bloque opositor, Ciudadanos por la Libertad (CxL).
Nicaragua vive una crisis social desde mediados de abril de 2018, cuando los sectores radicales de la oposición comenzaron a realizar protestas violentas en contra del Ejecutivo.
Las autoridades nicaragüenses acusan a la oposición de ejercer “terrorismo golpista”, con el apoyo financiero de Estados Unidos, para incitar a la inestabilidad en el país y sacar del poder a Ortega.
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