El planeta está consumido en llamas, literalmente. Áreas de América del Norte y del Sur, la meseta del este de África, el norte de la Península Arábiga, la costa mediterránea de Europa, el norte y este Europa, son solo algunos ejemplos de zonas que están sufriendo incendios forestales.
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Los incendios forestales también se han desatado en Asia, las costas de la India y las regiones de Siberia, China, Malasia e Indonesia.
Tras diez días de continuo esfuerzo, los incendios en Grecia todavía no están controlados y, de acuerdo con el Observatorio Nacional de Atenas (capital), más de 65.0000 hectáreas de bosques fueron consumidas por las llamas.
Como consecuencia, cientos de animales salvajes y aves han perecido en las áreas de incendios, así como muchos animales domésticos han resultado heridos.
La Asociación de Protección de la Vida Silvestre indicó que decenas de cigüeñas murieron al estrellarse contra líneas de alta tensión, pues, debido a la contaminación del aire, perdieron su dirección.
Asimismo, de acuerdo con el Centro Intergeneracional de Bomberos, en Estados Unidos unas 920. 000 hectáreas de bosque también se han quemado, debido a los 107 incendios que se han reportado en todo el país.
La alerta del nuevo informe
El nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por su sigla en inglés) ha advertido de que las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades humanas son las responsables del calentamiento en el planeta.
Dicho informe no solo predice la situación actual, sino que se muestra pesimista hacia el futuro, pues vaticina que la temperatura alcance los 1,5 grados Celsius (°C) o más en los próximos 20 años.
Todos los expertos señalan que el clima está cambiando en cada rincón del planeta, a una escala nunca antes vista, y lo peor es que dichos cambios serán irreversibles hasta por cientos de miles de años.
Sin embargo, todos los especialistas concuerdan en que “una reducción enérgica y duradera de las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero pueden limitar la magnitud del cambio climático”.
Según se estima, dichas reducciones pueden traer consigo beneficios en la calidad del aire, pero el plazo podría tomar entre 20 y 30 años, hasta lograr que las temperaturas de la Tierra se estabilicen.
El informe en cuestión fue aprobado el pasado viernes por 195 Gobiernos que forman parte del Grupo y “refleja un esfuerzo extraordinario bajo unas circunstancias excepcionales”, tal como afirmó el presidente del Grupo Intergubernamental, Hoesung Lee.
“Los hallazgos de este informe y los avances que refleja acerca de la ciencia que estudia el clima proporcionan una contribución inestimable a las negociaciones y la toma de decisiones relacionadas con el clima”, enfatizó.
Entre las novedades que incluye el informe se agregan las estimaciones sobre las probabilidades que existen de cruzar el nivel de los 1,5 grados de calentamiento en las próximas décadas y, revelando que, a menos que se reduzca a larga escala los gases de efecto invernadero, limitar la subida de la temperatura media de la Tierra será imposible de alcanzar.
Dichas predicciones están fundamentadas en la observación de los datos que evalúan el calentamiento histórico, así como el avance en cuanto a la comprensión del fenómeno del sistema climático por las emisiones de los gases emitidos por la actividad humana.
Un código rojo para la humanidad
Luego de que el informe saliese a la luz, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, afirmó que esto no era menos que “un código rojo para la humanidad. Las señales de alarma son ensordecedoras y las pruebas son irrefutables”.
Guterres indicó que el umbral de calentamiento global acordado internacionalmente de 1,5 grados por sobre los niveles prendustriales estaba “peligrosamente cerca”, por lo que la humanidad corre el riesgo de alcanzar dicha estimación en un corto plazo, a menos que se redoblen, de forma urgente, los esfuerzos.
Desde la ONU se enfatizó que las soluciones son “las economías inclusivas y verdes, la prosperidad y un aire más limpio, junto con una mejor salud (…) si respondemos a esta crisis con solidaridad y valor”.
Las inundaciones
Además de los incendios forestales, el informe también destaca la peligrosidad de las inundaciones, pues, predice que habrá una intensificación del ciclo del agua, lo cual se traduce en lluvias más intensas, inundaciones y sequías.
Cambios en los patrones de lluvias, áreas costeras con mayor subida del nivel del mar, más inundaciones en zonas más bajas y una mayor erosión, son parte de las predicciones realizadas.
También se prevé un mayor calentamiento que amplificará el deshielo de la capa de permafrost y la pérdida de la nieve de temporada, el derretimiento de los glaciares y la capa ártica durante el verano.
Igualmente, los cambios en el océano conducirán a un calentamiento con mayores olas de calor marinas, la acidificación del agua y la reducción de los niveles de oxígeno.
En las zonas urbanas, el calentamiento global traerá consigo el aumento del calor y una mayor frecuencia de inundaciones por las lluvias.
La copresidenta del Grupo de Trabajo del IPCC Valérie Masson-Delmotte, acotó que “ha sido claro que, durante décadas, el clima de la Tierra estaba cambiando y que el papel de la influencia de los seres humanos en los sistemas humanos es indiscutible”.
No obstante, el informe también deja en claro que la acción humana tiene un potencial para modificar el futuro del clima.
“Estabilizar el clima requerirá reducciones fuertes, rápidas y sostenidas de las emisiones de gases de efecto invernadero y llegar a cero emisiones netas de CO2”, manifestó el copresidente del Grupo de Trabajo del IPCC, Panmao Zhai.
Asimismo, añade que “limitar otros gases de efecto invernadero y contaminantes atmosféricos, especialmente el metano, podría ser beneficioso tanto para la salud como para el clima”, concluyó Zhai.