“Apruebo para terminar con la Constitución de Pinochet”. Entrevista a Yarela Gómez Sánchez, ex Convencional por la Región de Aysén.

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“Si me preguntan si el texto de la nueva Constitución pudo ser mejor, yo creo que no, es lo mejor que pudo ser bajo el acuerdo de los 2/3. Si hubiésemos tenido un quorum de 3/5 probablemente existirían otras normas, pero no fue así, y para mí eso es un logro”

 Entrevista a Yarela Gómez Sánchez, ex Convencional por la Región de Aysén.

 

Por Félix Madariaga L.

 El Indoamericano.cl se contactó con la ex Convencional, Yarela Gómez, días antes de emprender el regreso junto a su compañero y su hijo a su hogar en la región de Aysén. Estuvieron durante un año en Santiago, el mismo tiempo que duró el trabajo para redactar la nueva Constitución Política de Chile que debería ser aprobada el próximo 4 de septiembre.

Yarela nació en el año 1990 en Coyahique.  Debido a que su madre era dirigente en la junta de vecinos, comenzó a participar en política desde muy joven, integrándose desde los 14 años activamente. Estudió toda su educación básica y media en la ex Escuela N°35 (Actual República Argentina) de Coyhaique, donde se destacó como dirigente estudiantil durante la Revolución Pingüina del 2006.

El año 2018 funda, coordina y ejerce como docente de Lenguaje y Comunicación en la Escuela de Nivelación de estudios Amanda Labarca, iniciativa nacida al alero del Movimiento Autonomista Aysén, donde ocupaba el cargo de encargada orgánica, participó en la fundación de Convergencia Social, y ha participado en diferentes espacios tales como la Red Austral Pedagógica Feminista, el Movimiento de Defensa por el Acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (MODATIMA) y el Movimiento Aysén Constituyente.

 

Conociendo tu trayectoria, sabemos que desde muy joven y desde tu región, has participado en organizaciones vecinales, sociales y estudiantiles. Desde esa experiencia ¿cuáles fueron los motivos que te llevaron a para participar en la Convención Constitucional?

 Contrario a lo que se puede pensar no suele ser habitual que uno despierte y diga voy a ser Constituyente, excepto algunas excepciones que por sus trayectorias académicas decidieron participar en la Convención. Yo respondo a un proyecto colectivo, cuando inició todo lo que tiene que ver con el Apruebo nueva Constitución, la Asamblea Constitucional y luego la Convención Mixta, creamos un movimiento que se llamaba “Movimiento Aysén Constituyente”, que surge desde los partidos del Frente Amplio más el Partido Comunista, hoy somos Apruebo Dignidad, pero en ese momento aún no lo éramos. Decidimos organizarnos y los partidos legalizados pusieron todos sus cupos a disposición para generar una lista por medio de una consulta ciudadana. Sucedió que por primera vez estábamos en un proceso paritario y las mujeres no suelen participar tanto en los espacios de decisión nacional, o sea, no teníamos tantas mujeres que quisiesen ser constituyentes, y como parte de la Red Austral Pedagógica Feminista, las compañeras me pidieron que fuese a la consulta ciudadana porque teníamos que definir los 6 cupos y el orden de prelación, entonces me subí a este proceso más bien tarde por una clara  responsabilidad hacia la paridad que habíamos salido a exigir, y que ahora nos necesitaba en los espacios de representación; gané esa consulta y ahí la decisión fue hacer una campaña con un enfoque educativo, entendiendo que el proceso constituyente es un proceso educativo en sí mismo.

 

Hace pocos días finalizó el trabajo de la Convención, redactaron una nueva Constitución que deberá ser aprobada en septiembre por la ciudadanía, ¿cuál es el balance que haces?, ¿cuáles fueron las dificultades y los logros del trabajo colectivo? y políticamente ¿qué valoras de esta experiencia?

 En términos generales yo creo que fue un buen proceso. Pensando en lo interno fue un proceso positivo, al inicio fue muy difícil en tanto que la configuración de la Convención implicó la inserción de personas que nunca antes habían participado en procesos políticos y gente que venía de las grandes ligas políticas, existía un desconocimiento mutuo de cuáles eran las lógicas relacionales que se iban a instalar, además, a eso se sumó un 50% de paridad, se sumaron las cosmovisiones de los pueblos originarios, que por ejemplo, para tomar sus decisiones hacían un Trabun, y se reunían y conversaban durante muchas horas, mientras nosotros queríamos avanzar rápidamente, esa fue una de las primeras cosas que hubo que poner a disposición del colectivo pensando en las y los 154 que tenían que escribir la nueva Constitución, muchas visiones y convicciones, pero se logró llegar a un entendimiento común, a disminuir las reticencias respecto a la lógica que ya estaba instalada de que la política no nos responde, y que las y los políticos lo que hacen es llevar agua a su molino pero no ponen primero los sueños colectivos.

Bajo esa mirada hubo muchas reticencias desde las y los independientes, que eran mayoría respecto de los y las militantes, sin embargo, la experiencia militante ayudó a conducir el proceso para poder lograr acuerdos, y cuando eso se sorteó después de unos meses, pudimos construir un texto conjunto que es lo mejor que se alcanzó en un marco de acuerdo de 2/3, eso es sumamente importante plantearlo, si a mí me preguntan si creo que el texto pudo ser mejor, yo creo que no, es todo lo mejor que pudo ser con el acuerdo de 2/3. Si hubiésemos tenido un quorum de 3/5 probablemente existirían otras normas, pero no fue así, y para mí eso es un logro.

Otro logro que es importante visibilizar es cómo las ideas colectivas que llegaron a la Convención tomaron una posición también de extrema responsabilidad y pudimos  construir una Constitución en un tiempo que era irrisorio, en condiciones materiales realmente paupérrimas, evidentemente precarizados, pero al ponderar que no podíamos farrearnos esta posibilidad, hizo que llegáramos a un acuerdo en todas las materias, incluso las más complejas. Creo que políticamente esta experiencia fue enriquecedora, dudo que exista un proceso así, donde puedas generar tanto capital humano, cultural, político tan profundamente y en tan poco tiempo.

 

Uno de tus temas fue la defensa del agua y el medio ambiente, ¿cuál es tu opinión de las transnacionales que vienen a explotar nuestros recursos naturales y que dejan nuestro territorio sin agua y desgastado?

 Justamente eso es lo que nosotros queríamos atacar con una Constitución ecológica, nosotros al pensar esa idea creamos distintas comisiones que pudiesen darle un sustento no solamente en principios ambientales, sino también en normativas mucho más explícitas respecto de cuál es el marco del Estado, un Estado emprendedor, un Estado que regula también el mercado, porque nos dicen que el mercado se regula solo, y por eso vienen las empresas y generan sus ganancias en base al extractivismo y ese es un modelo que no sólo está profundamente viciado y es destructivo, sino que no es sostenible, no podemos seguir viviendo más bajo esa premisa. Escuchando a distintos ambientalistas, hay muchos matices, algunos plantean que debió ser una Constitución mucho más rígida, sin embargo, la flexibilidad también nos permite entender que funcionamos en un modelo global y eso no podemos desconocerlo. Bajo esa lógica es evidente que la nueva Constitución no genera la inestabilidad que afirma el rechazo, las grandes empresas no depredan ni destruyen sus territorios, lo vienen a hacer con los nuestros, por ello sus marcos ambientales serán el mínimo nuestro.

 

“Vamos a tener relaciones prioritarias con Latinoamérica y el Caribe”

 

 En este nuevo Chile que se construirá con una Constitución democrática, plurinacional e intercultural ¿cuál es el rol que deberíamos tener en el contexto latinoamericano?, ¿cuáles son los principios que deberían guiar nuestra política internacional?

 Esta es una pregunta muy compleja porque uno de los resabios históricos de la dictadura fue no solamente romper el tejido social interno, sino también el externo, trataron de convencernos de que las experiencias latinoamericanas son malas experiencias que no hay que seguir, que son modelos fallidos, son modelos de precarización y pobreza. Dentro de la nueva Constitución tuvimos mucho acompañamiento de constitucionalistas que tenían una mirada desde el sur, y esa mirada era justamente ver todos estos procesos constitucionalistas latinoamericanos, y decir esto está bien, esto se puede realizar o esto –  en el marco comparado con los modelos europeos – puede ser llevado a cabo de esta manera localmente y digo esto porque establecimos que vamos a tener relaciones prioritarias con Latinoamérica y el Caribe, porque tenemos que ir a la vanguardia, no en el sentido de la competitividad, sino que en el sentido de que hoy tenemos una Constitución del siglo XXI y hemos establecido ciertos principios pensados desde la cooperación y la interdependencia global entre los países vecinos.

 

¿Y qué podemos hacer ante la injerencia de las potencias extranjeras como Estados Unidos?

 

Es un proceso a más largo plazo, pienso que si el marco constitucional habilita a generar relaciones comerciales, de intercambio, relaciones culturales, relaciones políticas, vamos a poder generar mayor fuerza colectiva como América Latina, lo que hará mucho más difícil la injerencia extranjera. Lo que hoy sucede es que estamos divididos, nos atacamos entre nosotros, vivimos nuestros propios conflictos internos lo que permite intervenciones externas. Sin embargo, si logramos aunarnos va a ser cada vez más difícil que eso suceda.

 

¿Cuál es el mensaje para los chilenos y chilenas que en septiembre serán llamados a votar en el plebiscito de salida, ¿cómo llamamos a reforzar el Apruebo frente a una campaña por el rechazo que está utilizando la desinformación, las mentiras, el temor de la gente frente al cambio?

 La campaña que está realizando el rechazo es una campaña bien pensada, es una campaña que ataca el temor individual de nuestra inestabilidad. Nosotros somos todos vulnerables porque no tenemos un sistema de seguridad social. Ante cualquier evento, incluso meteorológico, social o político como el estallido social, estamos profundamente vulnerables.  Nos dicen que no vamos a poder elegir el colegio de nuestros hijos, o que no podremos tener una vivienda propia, pero lo que nos movilizó fue un proceso mucho más colectivo que eso. Nos movilizó descentralizar Chile, las regiones dijeron que este modelo es profundamente desigual, no tenemos capacidad para decidir si hay o no un semáforo en Chiloé y a eso nosotros le dimos respuesta través del Estado regional, donde las decisiones van a pasar desde las comunidades hacia arriba; dimos respuesta a distintas necesidades, para aquellos que hablaban de la concentración del poder, hemos democratizado el poder, ya no hay un híper presidencialismo, sino un presidencialismo atenuado; en vez de un Senado tienes una cámara de las regiones con la misma cantidad de integrantes por región. Cuando democratizas el poder, generas polos de pulsión política locales y nunca más Santiago va a ser el centro de Chile.

Después de décadas de abuso y corrupción, hoy tenemos normas anticorrupción, normas que han elevado los estándares para optar a cargos públicos, hemos consignado un catálogo mucho más amplio de derechos sociales que no solamente generan más derechos sociales, sino que cambian el carácter subsidiario del Estado y establece un Estado social y democrático de derecho, esos son los temas que movilizaron este proceso, y por qué no hablan de ello, porque saben que tenemos respuestas, entonces recurren al temor individual para poder decir que vamos a entrar en un período de inestabilidad, pero Chile ya está en un período de inestabilidad y la única forma de poder encauzarlo es a través de una nueva Constitución, un proceso democrático que habilita nuevas formas políticas para ir generando un marco más específico. Hay que aprobar porque no tenemos otro camino.