Líderes latinoamericanos respaldan a Fernández de Kirchner y apuntan contra el ‘lawfare’

FUENTE: SPUTNIK

Líderes políticos de América Latina como Lula, Evo Morales, Rafael Correa y Andrés López Obrador, entre otros, repudiaron la condena judicial contra Cristina Fernández de Kirchner y advirtieron el peso del ‘lawfare’ en la región. “No pudieron con Lula, no podrán con Cristina”, exclamó el Premio Nobel, Alfonso Pérez Esquivel.
Presidentes y líderes políticos latinoamericanos respaldaron a la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, tras la condena a seis años de prisión y apuntaron contra el lawfare que, al igual que otros referentes del progresismo latinoamericano, busca inhabilitar políticamente a la líder del kirchnerismo.
El Gobierno de Nicaragua envió un breve mensaje de solidaridad a la vicepresidenta.
 

“A usted, con admiración, respeto y cariño, en estos momentos duros, cuando su valentía y la de su pueblo se muestran una vez más, desafiantes y capaces de trascender las miserias, y de crecer, todavía más, en la dimensión histórica que los ha hecho, y hace grandes. Nuestra solidaridad en todas las luchas y en el siempre más allá, indoblegable, lúcido, de formidable y profunda espiritualidad”, reza su texto.

 
El expresidente boliviano Evo Morales (2006-2019) utilizó su cuenta de Twitter para reflexionar sobre el trasfondo de la condena contra Fernández de Kirchner dispuesta por un tribunal que había sido catalogado por la propia vicepresidenta argentina como un “pelotón de fusilamiento”.
Según Morales, “está en juego en América Latina la llamada ‘guerra híbrida’ con uso de medios de comunicación y operadores políticos de la Justicia para perseguir, acusar y defenestrar a líderes que defienden al pueblo y enfrentan políticas neoliberales de hambre de la derecha capitalista”.
El líder del Movimiento al Socialismo (MAS) remarcó que “usan el golpe judicial para sentenciar a inocentes” como en el caso del actual presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de la propia Fernández de Kirchner, o apelan “al golpe parlamentario” como sucedió con el expresidente paraguayo Fernando Lugo (2008-2012).
“Su objetivo es dividir y destruir los movimientos populares. Defenestrar sus liderazgos y escarmentar a los pueblos por ejercer su soberanía sobre sus recursos naturales. En Bolivia, los golpistas y sus cómplices pretenden hacer lo mismo contra el MAS-IPSP y su dirigencia”, alertó.
El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, manifestó su solidaridad con Fernández de Kirchner, recordando que conoce de primera mano los efectos de la persecución judicial. “Vi su declaración de que es víctima del lawfare y sabemos bien en Brasil cuánto daño a la democracia puede causar esa práctica”, comentó.
La condena a la vicepresidenta argentina también fue lamentada por la expresidenta brasileña Dilma Rousseff (2011-2016), que enfatizó que la inhabilitación perpetua para ejercer cargos electivos dictada por la Justicia “es una confesión explícita de la persecución contra ella”.
“La sentencia, en definitiva, es injusta y recae contra Cristina Fernández de Kirchner, que es una de las líderes más importantes de América Latina. Sin dudas, es una exigencia de la extrema derecha, en Argentina, así como la condena del presidente Lula tuvo un sentido similar en Brasil”, argumentó.
Un día antes de la sentencia, Rousseff ya se había referido al caso, adelantando que “es inaceptable que el modelo de golpe jurídico basado en el lawfare se vuelva un patrón en América Latina”. Según la exmandataria, cuya destitución en 2016 es considerada un golpe parlamentario de la oposición, el lawfare “corrompe la democracia e instituye el caos social y económico”.

Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta argentina - Sputnik Mundo, 1920, 06.12.2022

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Desde México, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue categórico al afirmar que la dos veces presidenta argentina “es víctima de una venganza política y de una vileza antidemocrática del conservadurismo”.
A su vez, el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, publicó una nota en su Twitter, apoyando “una justicia imparcial e independiente para todos y para el pueblo argentino”.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, también se solidarizó con Fernández de Kirchner, señalando que “enfrenta ahora el ataque del lawfare, después de sobrevivir a un atentado fallido en su contra”.
“La verdad prevalecerá y la voluntad del pueblo argentino que te respalda”, complementó.
El expresidente ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017) no dedicó palabras a la vicepresidenta argentina pero sí amplificó varios mensajes en su respaldo. Uno de ellos fue el de la exasambleísta del correísmo Gabriela Rivadeneira, que advirtió que “los partidos judicial y mediático conjugan desde el odio para sentencias espurias” y pidió que la respuesta desde los progresismos sea “firmeza, lealtad y coherencia con nuestros pueblos”.
Ernesto Samper, presidente colombiano entre 1994 y 1998, apeló a Gabriel García Márquez para decir que la condena es “el final de una persecución largamente preparada y anunciada”. “Se trata de una nueva conspiración de los poderes fácticos argentinos para atravesarse en sus aspiraciones políticas como sucedió en el caso Lula”, dijo, añadiendo “¡no pasarán!”.
El respaldo a Fernández de Kirchner también llegó desde destacados intelectuales del ámbito internacional. El activista argentino por los derechos humanos y premio Nobel de la Paz en 1980, Adolfo Pérez Esquivel, denunció que “en Argentina hay mafias integradas por actores del Poder Judicial, medios de comunicación y funcionarios de gobierno que se creen impunes para delinquir y perseguir a dirigentes populares”.
“No pudieron con Lula, no podrán con Cristina Fernández. Los pueblos tienen memoria”, sintetizó.
Por su parte, el exjuez español Baltasar Garzón difundió una carta abierta a los jueces de la Causa Vialidad para advertir que su sentencia fue “un ajusticiamiento político” y subrayar que “es imposible encontrar en los anales de la historia procesal reciente un cúmulo más elevado de errores o defectos (en el mejor de los casos) o de ilícitos penales (en el más adecuado a las evidencias acumuladas)”.
“La persecución política en una democracia por medio de la misma clase política es rechazable, pero, hasta cierto punto, comprensible; pero la persecución política a través del derecho (lawfare) es el mecanismo más perverso y destructor de aquella. Ustedes jueces son y serán los únicos responsables de que esto acontezca o, in extremis, pueda evitarse y comenzar así una verdadera regeneración democrática de la Justicia”, añadió.