¿Qué es la USAID?
La presencia “desinteresada” de Estados Unidos para intervenir en otros países.
Por Félix Madariaga L.
Intervencionismo e injerencia de Estados Unidos en la política interna de otros países a través de su agencia para el desarrollo (USAID). Ayuda y asistencia disfrazada para alcanzar otros propósitos. Fondos destinados a organizaciones, partidos políticos e instituciones, cuyos fines y objetivos son dudosos
Fue creada bajo el gobierno de John F. Kennedy el 3 de noviembre de 1961, en plena guerra fría, pensándose que hacía falta una oficina que se encargara de “administrar la ayuda caritativa” a países extranjeros, para promover el desarrollo social y económico, bueno, así es como se presentan ellos en su página web (https://www.usaid.gov/). Tienen recursos, administran el 1% del presupuesto económico federal que le asigna el Congreso norteamericano para llegar a otros países con esa ayuda. Pero desde su creación, distintos gobiernos los han acusado por la injerencia que han tenido en los asuntos internos de las naciones.
Desde su creación, ya había sido desenmascarada, durante las décadas de 1960 y 1970, la USAID se asoció con la ahora clausurada oficina de seguridad pública de la CIA, un departamento que formaba cuerpos de seguridad extranjeros en técnicas de “terrorismo y tortura”. Aunque la USAID siempre ha negado su participación en este tipo de actividades, en 1973 el Congreso decidió eliminar el programa debido a que tales acusaciones estaban dañando la imagen pública de Estados Unidos. Cuando el programa fue cerrado, la USAID ya había ayudado a capacitar a miles de militares y policías en Vietnam, Filipinas, Indonesia, Tailandia y otros países que ahora son tristemente recordados por su trato a los disidentes políticos.
En épocas más recientes las actividades de intromisión de Estados Unidos han sido denunciadas no sólo por Cuba, también por países como Venezuela, Colombia y Rusia. Lo que ha hecho la USAID es proveer una especie de cubierta para que el Departamento de Estado pueda financiar abiertamente actividades de la oposición venezolana, incluso a organizaciones que estuvieron vinculadas al golpe de estado contra el presidente Hugo Chávez en abril del 2002, jugando un rol importante en la creación del partido político venezolano “Primero Justicia” de donde salieron los opositores Henrique Capriles y Leopoldo López, así buscaron la desintegración de Venezuela. También en 2013 el presidente boliviano Evo Morales expulsó a la USAID de su País, acusándola de interferir en los asuntos internos y conspirar contra su gobierno. En julio del 2021, el mismo Evo Morales advirtió de un nuevo Plan Cóndor de Estados Unidos que está en contra de los procesos democráticos y la libre determinación de los pueblos.
La USAID recibe directrices estratégicas, como prestar servicios de inteligencia y obtener información sobre países, de las principales agencias empleadas para un intervencionismo directo de Estados Unidos. Poco o nada de caritativo hay en esas acciones. Utiliza diversas modalidades de “ayuda” siguiendo las normas de su denominado manual represivo confidencial.
Operaron en el África subsahariana (hacen referencia a aquellos países del continente africano que no limitan con el mar Mediterráneo), Asia, América Latina y el Caribe, Europa, Euroasia y Oriente. Su sede central está Washington y con “oficinas de campo” que dan cuenta de su presencia en todo el mundo. Sus agentes se mueven bajo el alero de organizaciones no gubernamentales. Muchas veces se ha llegado a sugerir que la USAID funciona como un frente civil de la CIA que lleva a cabo operaciones secretas en los conflictos que ocurren en México, como lo denunció el presidente López Obrador en 2023 cuando rechazó que la USAID financie organizaciones opositoras al Gobierno.
La USAID ha mostrado más de una vez su apoyo y ayuda a fuerzas políticas en ciertos países de la región, eso sí, siempre asegura que se trata de reforzar la participación, la democracia y los derechos humanos, entre esos países y, no podría ser de otra manera, estuvieron o están en Haití, Colombia, Cuba, Nicaragua y como mencionamos anteriormente, Venezuela y Bolivia. Así fue en 2014 cuando Estados Unidos creó en Cuba la red Zunzuneo (Twitter Cubano), un proyecto diseñado por la “Casa Blanca” para conseguir un cambio político en la Isla y la USAID hizo todo lo posible por ocultarlo. Denuncias como esta se han repetido en toda América Latina; y aún están en la mente de muchos, las imágenes cuando Estados Unidos y Colombia junto a la oposición de Juan Guaidó trataron de entrar por la fuerza en Venezuela para entregar una supuesta ayuda humanitaria que era de la USAID.
En Nicaragua, en los últimos años, la comunidad internacional ha visto como sanciona la justicia de ese país, a los políticos, a candidatos opositores, a miembros de la iglesia católica, incluso a periodistas y medios de comunicación que reciben dinero de donaciones financieras de la USAID y de otras organizaciones que no son declaradas, y que por lo tanto, si llegan dineros ilícitos lo que buscan financiar en concreto es la subversión, una sedición o un nuevo golpe militar contra el presidente Daniel Ortega. Estos recursos económicos no son declarados en los procesos judiciales, nadie sabe su procedencia, aunque es bastante obvia. Claro que los medios de comunicación poco y nada hablan de eso, quizás ya estén operando grupos paramilitares para derrocar al gobierno.
Para muestra un botón, recordemos lo que pasó en Chile desde fines de los años 60 cuando Estados Unidos financió grupos paramilitares de extrema derecha como Patria y Libertad o a un medio de comunicación que estaba en quiebra como el Diario el Mercurio y que utilizaron abiertamente para desestabilizar el gobierno del presidente Salvador Allende. Las consecuencias de estas platas ocultas siempre son nefastas.
Los medios de comunicación tradicionales han atacado fuertemente al presidente Daniel Ortega y a su gobierno, acusándolos de percusión y de encarcelar a opositores y no respetar los derechos humano, sin embargo debemos entender también que él debe defenderse de quienes financian a estas personas encarceladas, debe proteger su gobierno y al pueblo nicaragüense y la autonomía de los pueblos. Por lo tanto es posible que haya motivos para detener e investigar a una serie de personas de las que se pueda sospechar que han cometido delitos. No olvidemos que la por derrocar a Anastasio Somoza estuvo muy por el imperialismo y fue heroica la batalla contra los mercenarios de la CONTRA.
Con todo el daño generado Estados Unidos debería replantear su estrategia con América Latina, dejar de promover directa o indirectamente este tipo de intervenciones de siempre dudosos objetivos. Además, si a Estados Unidos le importan tanto los derechos humanos y la democracia por qué no los está promoviendo con sus aliados en medio oriente, como Arabia Saudí y Egipto.
Estados Unidos desarrolla una multiplicidad de estrategias de dominación y control en el mundo. El imperialismo está presente en nuestro diario vivir, en las noticias que absorbemos de los medios de comunicación, en la forma de vestir, en la música que escuchamos, en los McDonald’s, en Starbucks, en los Cinemarks, etc y nos olvidamos que su clara injerencia, el 11 de septiembre de 1973, fue violenta, antidemocrática y nos dejó como consecuencia un País que aún hoy, llora a sus muertos y torturados y cincuenta años después, sigue buscando a sus miles de desaparecidas y desaparecidos, que hasta el día de hoy no encontramos.
Fuentes:
