EEUU y la  OTAN en Yugoslavia: La vergonzosa historia de una invasión militar para instalar una base militar en los Balcanes.

© AFP 2023 / US Air Force

EEUU y la  OTAN en Yugoslavia:

La vergonzosa historia de una invasión militar para instalar una base militar en los Balcanes.

Por Félix Madariaga L.

Han pasado 25 años desde el triste espectáculo que dio la OTAN al bombardear Yugoslavia, ataques que comenzaron el 24 de marzo de 1999. La operación denominada “Fuerza Aliada” fue realizada sin la autorización de la ONU, algo que hasta hoy genera un fuerte debate y muchas críticas sobre la legitimidad de la acción. La causa formal del bombardeo fue la negativa serbia a firmar un borrador que exigía la retirada completa de las tropas militares serbias de Kosovo. 

La Operación terminó casi 3 meses después, el 10 de junio de 1999, con la firma del “Acuerdo de Paz Kumanovo”, que significó la retirada completa de Yugoslavia y Serbia de Kosovo, lo que finalmente condujo a la independencia autoproclamada de ese país en 2008.

Para establecer en contexto el conflicto, Yugoslavia se ubicaba en la parte occidental de la provincia Balcánica europea, conformada por seis repúblicas socialistas Eslovenia, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Macedonia, Montenegro y Serbia. Esta última compuesta por dos provincia autónomas Volvodina y Kosovo. Iniciada la década de los 90 la República Socialista Serbia abolió la constitución yugoslava a la cual respondía, y el Kosovo, parte de la república de Yugoslavia, fue víctima de una opresión estatal sistematizada, lo que trajo como consecuencia medidas restrictivas tales como la prohibición de la lengua albanesa en la radio y la TV, el despido de su población en empresas y el impedimento tanto a maestros como estudiantes de esta nacionalidad a concurrir a las escuelas. En el año 1996 los albano-kosovares iniciaron una insurgencia contra Belgrado, capital de Yugoslavia y crearon el Ejército de Liberación de Kosovo. A comienzos de 1998 los enfrentamientos alcanzaron su máxima fuerza; en  octubre de ese año, la OTAN colaboró en un proceso de alto al fuego, pero dos meses después ambas partes rompieron el proceso pacífico para reanudar los combates. Sin embargo, en enero de 1999 las fuerzas serbias ejecutaron lo que se conoce como la “Masacre de Racak”, en la que aniquilaron a 45 albano-kosovares, por lo que la OTAN “decidió” que era momento de introducir una fuerza militar para el mantenimiento de la paz. Al mes siguiente tuvo lugar la Conferencia de Rambouillet, pero el 23 de marzo, Yugoslavia, exceptuando la parte Albana-Kosovar, rechazó contundentemente las condiciones propuestas. Ante esta negativa la OTAN llevó adelante la Operación Fuerza Aliada

Los resultados de la invasión

Javier Solana, en ese entonces Secretario General de la OTAN, dio la orden al general norteamericano de las fuerzas aliadas en Europa Wesley Clark para que iniciara operaciones aéreas en lo que fue la República de Yugoslavia. El 24 de marzo inició el bombardeo sobre la ciudad, sin tomar en cuenta al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por lo que no es reconocida como una operación legal. Esta campaña involucró mil aviones que estaban en las bases aéreas de Italia y Alemania y un dato curioso es que participaron por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial la LUFTWAFFE (Fuerza Aérea Alemana) y también el Portaviones Americano Theodor Roosevelt. Los primeros aviones en bombardear Belgrado fueron los F18 de la Fuerza Aérea española, más tarde fueron disparados misiles de crucero Tomahawk desde submarinos y barcos americanos. Los aviones de la OTAN volaron más de 38 mil misiones de combate en 78 días. Se calcula que los ataques mataron a 462 militares, 114 policías especiales y más de 1000 civiles. Quizás si occidente fuera un poco más objetivo y menos arrogante, comprenderían porqué el pueblo Serbio no ve con buenos ojos a la OTAN, no ve con buenos ojos a la Unión Europea – su extensión – y tienen más cercanía con el pueblo ruso y la Federación Rusa.

Cabe señalar que los ataques no sólo fueron dirigidos a objetivos militares sino también a sitios que el derecho internacional y los tratados de Ginebra prohíben agredir. Entre estos se encontraban los puentes que cruzaban el rio Danubio, centrales eléctricas, instalaciones de telecomunicaciones, sedes de partidos políticos, la torre de la Televisión de Belgrado y varias fábricas. La OTAN, además de atacar civiles, el 7 de mayo de 1999 atacó en Belgrado (según ellos habrían apuntado contra un objetivo militar de su adversario) la Embajada de China lo que provocó la muerte de tres periodistas chinos. Otros hechos repudiados fueron el ataque a una columna de refugiados albaneses que acabó con la vida de más de 160 personas, el ataque a un autobús en las afueras de Luzane, y el ataque a un tren de pasajeros en el desfiladero de Elisa, en el que murieron 14 civiles.

Estos bombardeos son actualmente considerados como uno de los más grandes crímenes de guerra de la modernidad, constituyendo una clara violación de la carta de las Naciones Unidas.

Tras la derrota de Yugoslavia, la OTAN instaló a las KFOR (Fuerzas de Contingente Internacional de Pacificadores), agrupación que tenía la misión de seguir el proceso de desarme del Ejército de Liberación Albano-Kosovar.

Finalmente el Consejo de la ONU aprobó la resolución 1244 que establecía que el Kosovo continuaría siendo parte de Yugoslavia.  En total los bombardeos de la OTAN destruyeron 25 mil edificios residenciales, dañaron más de 450 kilómetros de carretera y casi 600 kilómetros de Ferrocarril, destrozaron cerca de 40 puentes, devastaron 10 escuelas y guarderías, 30 hospitales y 14 aeródromos. Los daños fueron proporcionales a entre 30 mil a 100 mil millones de dólares.

Está operación maquiavélica llevada a cabo por el presidente de Estados Unidos Bill Clinton y el español Javier Solana tuvo consecuencias negativas para la humanidad, según reportes de Sputnik, comportó que se arrojaran 9160 toneladas de explosivos contra varias ciudades del país. Unas 15 toneladas de la munición empleada contenía uranio empobrecido. El uso de esta arma, prohibida internacionalmente, ha provocado que desde la fecha de aquellos bombardeos, los casos de enfermedades oncológicas aumentaran en unos 60.000 cada año. Y paradojalmente parece que el único objetivo del imperialismo que se concretó en tiempo récord fue la construcción de la mayor base militar de Estados Unidos en Europa.

Y entonces, qué desencadenó efectivamente una guerra tan inútil y con tan altos costos? Si el objetivo era lograr  la convivencia de poblaciones diferentes desde el punto de vista cultural y religioso, sólo logró una profunda destrucción en toda la ex Yugoslavia, con Kósovo incluido; más realista parece ser el objetivo de anular a la ONU como instancia de legalidad y orden mundial a favor de la OTAN y sus aliados, consolidando la hegemonía de Estados Unidos en occidente en desmedro de otras potencias como Rusia y China.

La invasión a Yugoslavia fue el primer precedente del imperialismo moderno, pues desde entonces muchos otros crímenes se han cometido por Estados Unidos sin el consentimiento de la ONU. Tal es el caso de la invasión y ocupación de Afganistán, iniciada el 7 de octubre de 2001, y finalizada con la caída de Kabul, el 15 de agosto de 2021 en manos de los talibanes.

Para nosotros ya no es desconocido el prontuario de invasiones de Estados Unidos junto a sus cómplices de la OTAN, desde Yugoslavia. Aquí recordamos algunas de sus sucias acciones en el mundo y en nombre de la libertad de la humanidad, las que han sido repudiadas a todo nivel.

– en 2011 la OTAN junto a Estados Unidos bombardea y destruye Libia: antes de 2011 era el país con mejores resultados económicos de África y con los mayores índices de distribución de la riqueza, el General Gadafi, al mando de esa nación, propuso el regreso a la implementación del patrón oro en el comercio internacional, cosa que no le gustó a los europeos y norteamericanos y propuso en la ONU la creación de un sistema más democrático, medidas impopulares para los poderes fácticos del mundo, atacando a ese país y sus riquezas.

– enero de 2024. EE.UU. y el Reino Unido lanzaron varios ataques contra las posiciones de los hutíes en Yemen, acusando de Rebeldes a los que defendieron sus tierras y recursos.

– Bombardeos a colegios y hospitales en Siria noviembre de 2016

 – 1945 Hiroshima y Nagasaki, bomba nuclear contra la población civil. En Hiroshima vivían cerca de 350 mil personas ese fatídico 6 de agosto, los registros de ese año hablan que la bomba mató unas 140 mil personas, miles murieron después producto de las secuelas de la radiación de la bomba. Tres días después, Estados Unidos lanzó otra bomba atómica sobre Nagasaki, el 9 de agosto de 1945, matando instantáneamente a más de 75.000 personas. Japón se rindió seis días después, el 15 de agosto, poniendo fin a la agresión. Militarmente el ataque fue innecesario, Japón ya estaba vencido. Acorralado en su propio País, sin recursos era sólo cuestión de tiempo para que se rindiera. Se habría podido evitar la muerte de miles de civiles inocentes.

– Intervención norteamericana en el golpe de Estado en Chile en 1973. Estados Unidos financió el golpe de Estado, quebrando la democracia de un país que vivía pacíficamente nuevos procesos sociales y políticos. Las amenazas de lo que podría significar para sus intereses en el resto del continente la llegada de un Presidente como Salvador Allende, los obligó a no escatimar esfuerzos para derrocarlo, dejando truncos los grandes anhelos de justicia de todo un País. Han pasado 50 años y aún no encontramos 1093 detenidos y detenidas desaparecidas, tenemos miles de ejecutados y ejecutadas políticas, familias separadas por el exilio y muchos hombres y mujeres que caminan por las calles de Chile con las secuelas de las torturas que cometieron en nombre de la libertad. Esta es la verdad detrás de la intervención estadounidense en los asuntos internos de Chile. Incluso con la verdad frente a nuestros ojos, y miles de documentos desclasificados que confirman su brutal participación, no ha habido de parte de ellos ningún gesto, ni de pedir perdón ni de reparar el daño causado.

Estados Unidos nunca lucha solo tiene que buscar aliados como lo hizo en Afganistán, Irak, Siria, y aunque la destrucción que provocan es irreparable, también han sufrido sendas derrotas junto a sus socios de la OTAN. Los pueblos quieren ser libres, pero bajo sus condiciones, no las que quiere imponer a fuego y sangre una potencia que a lo largo de las décadas ha visto debilitada su hegemonía en el orden mundial.

 Fuentes:

www.elindoamericano.cl

www.sputnik.com

https://www.granma.cu/mundo/2024-03-25/el-imperio-hace-la-guerra-que-se-le-antoja-25-03-2024-01-03-20
https://www.youtube.co

m/watch?v=mGr2fCMJl7I

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