
Compartimos la siguiente declaración de la Red No a la Guerra – No a la OTAN:

La agenda de política exterior de Trump –el aislamiento y la derrota de China– no es nada nuevo, pero su determinación de poner fin a la guerra por poderes de la OTAN con Ucrania y de separar a Rusia de su alianza con China ha sumido a la mayoría de los líderes europeos en el caos.
En los últimos años, se ha visto un enorme gasto occidental canalizado hacia el esfuerzo bélico de Ucrania, con el objetivo de infligir una derrota militar a Rusia y dar la bienvenida a Ucrania a la OTAN. Cientos de miles de ucranianos y rusos han muerto como resultado, una masacre financiada con recursos despojados del bienestar de los ciudadanos de los países de la OTAN, sumiendo a millones en la pobreza y una austeridad cada vez mayor. El riesgo de una guerra nuclear se ha acelerado, y los principales beneficiarios son los traficantes de armas, los mercaderes de la muerte.
La crisis en los principales centros europeos de la OTAN no ha impedido que la OTAN mantenga y expanda su papel global, sus operaciones militares, su creciente presencia en todos los continentes, su letal huella de carbono y su creciente lista de socios y alianzas, diseñados para apoyar la complicidad de la OTAN en la agenda anti-China de Estados Unidos, en su búsqueda por mantener la dominación global.
El conflicto dentro de la OTAN está acelerando la militarización europea, que se ha expandido drásticamente con la guerra de Ucrania. Ante el temor de la retirada estadounidense de Europa, algunos líderes europeos planean aumentar drásticamente los presupuestos militares, no solo para cumplir con las exigencias de Trump, sino para construir una alternativa militar europea a la dependencia de Estados Unidos. Se está desarrollando una carrera armamentística masiva que agrava la crisis y la probabilidad de guerra, además de empobrecer a la población. La militarización de Europa no es nueva, pero su magnitud y gasto militar son, al margen de las dos guerras mundiales, históricamente únicos. Constituyen la preparación de una guerra contra Rusia y otros “rivales estratégicos”.
1. La Red No a la Guerra – No a la OTAN rechaza la agenda de dominio y coerción militar occidental, que está llevando al mundo a la catástrofe. La espiral de guerra y gasto militar debe detenerse. Exigimos el desarme y la prohibición de las armas nucleares.
2. Es hora de un nuevo orden global basado en el derecho internacional, la paz, la justicia y la igualdad, y fundado en la seguridad común, no en la ley del más fuerte.
3. Necesitamos cooperación internacional y determinación para abordar urgentemente los verdaderos problemas de seguridad que enfrenta este mundo: la catástrofe climática, la pobreza, las crisis sanitarias, la urgente necesidad de suministros sostenibles de alimentos, agua y energía.
En el contexto de la cumbre de la OTAN, queremos destacar la necesidad de una arquitectura de seguridad inclusiva que ponga en primer plano la importancia de la diplomacia, el desarme, la justicia social y la sostenibilidad medioambiental para lograr la paz y la seguridad.
Damos todo nuestro apoyo y solidaridad al movimiento en los Países Bajos, que organiza una contracumbre, prevista para el sábado 21 de junio, y una manifestación para el domingo 22 de junio. La Red No a la Guerra – No a la OTAN participará activamente en los eventos internacionales contra la cumbre de la OTAN. Nos movilizaremos para apoyar estos eventos e instaremos a todos los pueblos amantes de la paz a unirse a nosotros para afrontar el reto de construir un mundo mejor, sin la maquinaria de guerra de la OTAN ni sus estructuras de opresión.
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Fuente; https://www.derechoalapaz.com/declaracion-invierta-en-la-paz-no-en-la-guerra/